Después de dos semanas seguidas con Tartas de Pañales había que cambiar de tercio y vaya si he cambiado.
Cada vez que me haceís un pedido es algo especial, me gusta hablar con la gente sobre lo que quiere, indagar en sus gustos y expectativas, a mi me agrada trabajar así y además ya se sabe que un cliente satisfecho es un cliente que vuelve.
Y así fue como llegó hasta mi este encargo, un regalo que yo catalogaría en la categoria de los muy muy especiales y no puedo por más que estar agradecida de haber recibido la confianza para realizarlo.
"He quedado muy contenta con la tarta de pañales -me comenta la clienta-, de aquí a unas semanas mi madre cumple 86 años, sé que haces unos complementos artesanales muy bonitos, puedes sugerirme algo para regalarle...", ¡Ochenta y seis años! imaginaos mi sorpresa yo que suelo andar siempre entre monerias para bebés... pero como soy tan valentona y no me gusta decir que no le respondí que lo iba a estudiar un poquito y pronto surgieron varias ideas donde elegir.
Así fue como nació este precioso broche, me da igual si esta feo o no que lo diga yo, ha quedado muy elegante y estoy segura que la señora Carmen lo va a lucir con mucho estilo.
Realmente al principio me sentí un poco desbordada por el encargo pero a medida que lo hacía e iba viendo el resultado más me convencia que habría de gustarle pues por muchos años que se tengan ponernos algo bonito siempre nos alegra y hace sentir hermosas.
A Doña Carmen no tengo el gusto de conocerla pero para una mujer que ha vivido una guerra en su infancia, que ha criado y educado a su hijos en un país estrangulado y que le ha tocado vivir una época tan dificil para ser mujer mi admiración y respeto los he ido volcando con cada pundada que daba.
Las
arrugas simbolizan los caminos recorridos en la vida pero pero aun
siendo profundas y retorcidas no ensombrecen el rostro donde antes hubo
una carita de rosa.
Mi querida Raquel, muchas gracias por TUS ... REGALOS: la tarta, el broche y estas palabras. La verdad es que le broche es UNA MARAVILLA! Es un trabajo bello , cuidado, con gusto, lo que se "solía" decir: UN PRIMOR! de delicadeza!
ResponderEliminarMi madre, Carmencita, bordó, como tantas mujeres, su ajuar, sus sábanas, sus mantelerías, todo con una gran delicadeza y finura.
Mi madre no tiene arrugas Raquel. Pertenece a "esa" generación que comió lo que daba la huerta, su huerta, lo que daba la matanza, sus cerdos, bebía la leche ordeñada en la casa, comía y le encantaban los huevos y nos enseño cómo cogerlos para que no se rompieran y mantenerlos frescos. Íbamos a por agua al pozo o a la alberca y nos duchábamos ... con un regador, con agua puesta al sol, en un BARREÑO, palabra que me encanta, por supuesto de metal y no de plástico.
Mi madre nos hacía los vestidos, los abrigos, y ... los tarjes de gitana.
Mi madre nos pintaba "ese" rabillo negro y "ese" lunar en la comisura de los labios o en los ojos.
Mi madre nos cortaba el pelo y las pestañas (!) cuando era luna creciente.
Mi madre ... nos amó cómo muchas madres.
Y si ahora hay madres que matan por sus hijos, en "aquella" época , las madres daban "su" vida por sus hijos.
Sí, algo hemos cambiado..
Un abrazo y GRACIAS!
Soy Sisa y no anónimo!
ResponderEliminarjajaja!